Escrit a Machupicchu el juliol de 2009.

Desayuno en el comedor de los trabajadores de Machupicchu. Breakfast in the Machupicchu workers restaurant. Cusco, Peru.
“05:30 h, comedor de los trabajadores de Machupicchu. Un tazón de crema de habas, uno o dos buenos platos de arroz con carne y verduras y mate de coca. Este es el desayuno que los empleados de mantenimiento y excavaciones de la ciudadela inca toman para soportar las duras jornadas de trabajo. Nosotros, al segundo día de trabajo, ya no dejamos de lado la crema de habas y apuramos el plato de arroz. Como espeleólogos de la Asociación Ukhupacha, estamos colaborando con el Instituto Nacional de Cultura de Perú (INC) en las investigaciones arqueológicas. Nuestras técnicas de progresión vertical están permitiendo el acceso a lugares antes inimaginables, donde los incas construían caminos vertiginosos y tambos o lugares de reposo y relevo de los chaskiq, los mensajeros del imperio.

Miembros del Proyecto Ukhupacha y del Instituto Nacional de Cultura de Cusco ascendiendo al cerro Machu Picchu en busca de nuevos caminos incas. Al fondo, la ciudadela prehispánica. Ukhupacha Project and Culture National Institute from Peru members climbing Machupicchu peak to explore new inca trails. At the background, the prehispanic citadelle.
Después del copioso desayuno iniciamos el ascenso al cerro Machupicchu, que con sus más de 3000 m de altura protege la ciudadela. A partir de aquí nuestros compañeros peruanos abren paso a golpe de machete entre la densa vegetación, descendiendo por la cara oeste de la montaña. Los arqueólogos del INC tienen indicios más que razonables de la existencia de un camino inca en este casi inexpugnable lado de la montaña. La vegetación, en cierto modo, ayuda a la progresión en el fuerte descenso, pero finalmente nos vemos obligados a instalar cuerdas para bajar más seguros.

Rápel de acceso para la exploración de un posible camino inca en la cara oeste del cerro Machu Picchu. Rappeling to explore a possible new inca trail in Machupicchu Peak's west face
El puesto de trabajo habitual de nuestros compañeros es el control de ascenso al Waynapicchu, la ruta montañera más solicitada de la ciudadela inca y también una de las más peligrosas por su verticalidad y aglomeraciones en lugares comprometidos. Pero ya hace años que recibieron nuestra formación en técnicas espeleológicas de progresión vertical y ahora son expertos en el manejo de cuerdas. Juntos, formamos un equipo compenetrado y complementado en cuanto a los conocimientos y habilidades de cada uno. Ellos, expertos conocedores del territorio y del manejo del machete. Nosotros, con más de 25 años de experiencia en la organización de expediciones espeleológicas. Todos, excelentes amigos.
Después de más de 150 m de descenso la intuición de los peruanos les hace detenerse y buscar indicios de camino por la zona. Ellos saben por donde discurrían los caminos y cómo se construían. Al cabo de pocos minutos se encuentra el primer muro de sustentación del camino. El estado de conservación es muy bueno, y ello permite con cierta facilidad recorrer todo el trazado. Hacia el norte el camino queda rápidamente cortado por un desprendimiento y no se sabe con certeza hacia donde se podría dirigir.

Muros del camino inca de la cara oeste del cerro Machu Picchu explorado por la Asociación Ukhupacha y el Instituto Nacional de Cultura de Cusco. Inca trail walls in Machupicchu peak's west face, explored by Ukhupacha Association and Culture National Institute from Cusco.
Hacia el sur… son más de las 12 y el arroz ya está en los pies. Es la hora del almuerzo y la fiambrera que nos han preparado en el comedor de los trabajadores queda rápidamente vacía. Más o menos lo mismo, arroz, patatas, y carne o tortilla con queso, todo acompañado con alguna verdura.
Reemprendemos la exploración hacia el sur, siempre a golpe de machete. El camino, colgado a 700 m de altura sobre el río Vilcanota, es variado y va adaptándose a las características del terreno para hacer la progresión fácil, a pesar de la sensación de vacío bajo los pies. Tendrá 1 m de ancho y está sustentado por muros de 4 a 5 m de altura. En 3 días de exploración conseguimos recorrer el camino al completo, conectándolo, hacia el norte, con el camino de ascenso al cerro Machupicchu y hacia el sur con Wairaqtampu, el tambo del viento. Han sido días emocionantes, pero esto no se acaba: Machupicchu esconde en sus entrañas numerosos sitios por descubrir, más que suficientes para una generación de espeleólogos y arqueólogos.”
T'agrada:
M'agrada S'està carregant...